jueves, 26 de julio de 2012

826864378342 maneras de derrochar glamour

1- Mujeres gordas, con camisas muuuuuy pegadas, todo para demostrar la cantidad de cerveza que se bebieron el fin de semana. 
2- Ponerse un leggins negro y ropa interior verde de lentejuelas, así para que no se vea y pasar discretamente. 
3- Plancharse el pelo para ir a la playa, tranquila que el salitre y la brisa no esponjarán ese pelo lacio. 
4- Peor que plancharse el pelo para ir a la playa es, pretender bañarse con una pincita para que no se te moje el maravilloso secado de hace 2 semanas. Claro y si la playa tiene oleaje. MEJOR. 
5- Tomarse fotos en los baños. Rollo de papel, poceta abierta y toallas sucias, son las mejores cosas que pueden salir en este tipo de fotos.
6- Salir a hacer mercado, a HACER EJERCICIO (LO VI HACE 4 DÍAS), a pasear por las calles, con el bello ROLLETE, se entiende por enrollar el cabello alrededor de la cabeza para estiiiiiiraaaaaaaaaaaaar el pelo después del secado. Dejando que todo el mundo te vea muy hermosa. BELLA BELLA BELLA. 
7- Uñas acrílicas al estilo Ivy Queen, que para lavarte las axilas no lo harás sin sufrir rasguño alguno. 
8- A falta de paraguas, una buena bolsa en el pelo siempre podrá hacer la misma función. 


 

martes, 31 de enero de 2012

Solo nos gusta ser pesimistas

Últimamente está de moda: reunirnos con amigos y hacer eso que llaman "queja múltiple"; todos nos sentamos a lamentarnos por sucesos recientes en nuestras vidas, a quejarnos sin parar, para sentir lástima de nosotros mismos, de los demás y por el común denominador.
Este invierno, había estado un poco impaciente por la llegada de la nieve, pasó diciembre, terminó el año.. Y nada que doña blanquita llegaba.. Me recomendaron tener paciencia, la tuve y por fin llegó la susodicha. El detalle es que no ha dejado de nevar en 3 días, todo está completamente blanco, todo está completamente cubierto de nieve, y si sales de tu casa, esta no duda en entrar en cualquier orificio libre de tu cuerpo. Hoy de regreso del curso, hice mi primera queja con respecto a la nieve. Me amargué un poco por haberme comido tantos copitos y porque muchos de ellos entraron en mis ojos... Pero, ¿de qué me di cuenta?
Si tanto quería algo, ¿por qué quejarme cuando al final lo tengo? Y no solo con la nieve, así sucede con todo. No me considero quejona, pero cuando uno entra a esta "queja múltiple" no se puede evitar entrar al vicio.
Las personas nos quejamos por todo: por las colas, por el clima, por la comida, por la luz, porque hay, porque no hay, porque somos, porque no somos, porque no estamos, tenemos saldo, no tenemos saldo, dinero, sin dinero, los amigos, el aire, la basura, porque hay mucho que estudiar, porque estamos fastidiados, porque tenemos sueño, por el insomnio... EN FIN, por todo! pare usted de contar.
Si en vez de quejarnos, usáramos ese tiempo en algo más productivo, el mundo sería mejor. Solo tenemos que recordar cuando nos quejemos, que hay personas en peores situaciones y condiciones que nosotros.
Si cada vez que nos quejemos en el día, le damos de comer a un niño hambriento, se acabaría la desnutrición... Así de graves estamos. La vida es muy corta para verla pasar entre quejas y amarguras. Acuérdate, envejecerás más rápido y te saldrán arrugas.
No es que yo sea la persona más optimista del mundo, sé que necesitaré leer esto de vez en cuando. Solo quería compartir esta reflexión de hoy con ustedes.
Como dijo Gandhi: Si quieres cambiar al mundo, primero cambia tu mismo.

miércoles, 11 de enero de 2012

El nuevo Saludo.

A veces suelo preguntarme, donde quedó la cortesía, las buenas costumbres y los modales de ciertas personas, en estos tiempos ya no se usa un simple: Hola, ¿Cómo estás?, sino que han adaptado, cierto tipo de personas una manera muy particular de saludar, que en vez de ejercer esta función, lo que hace es deprimir y dar ganas de llorar.

Todo comienza, una bella tarde en la que te encontrarás con unas amigas (llamémoslas así) Que no has visto en mucho tiempo, te arreglas, te pones bonita, puedes ir hasta a la peluquería para asistir a este magno evento ¡imagínate!, sacas una ropita medio presentable, unos buenos tacones… Para ti, luces bien, es decir, eres una chama que está conforme con su cuerpo, con lo que tiene y con lo que le falta.

Llegas al lugar donde quedaron de encontrarse, y eres tú la última en llegar (este caso es el peor de todos, puede que todas estén confabulando en tu contra) y las encuentras a todas sentadas en una mesa mirándote fijamente, cuando te acercas a saludarlas una por una, la primera que decidas saludar va a hacer esta serie de pasos que no tienen perdida: te va a frenar en seco tu abrazo, te va a mirar fijamente de la cabeza a los pies, y antes de que tú, ella o alguna otra pueda emitir palabra alguna, ella va a soltar un: estas gordiiiisimaaaaaaaa, que te pasooooooo????, tu vas a quedar fuera de base, sin poder respirar y sin poder responder más que con una sonrisita hipócrita. Y esto no es todo, como fue ella la primera abeja que decidiste alborotar, el panal se te va a venir encima, todas las demás van a seguir a la abeja reina y van a comentar cosas como: “ay si, mírate ese caucho”… “con razón estás soltera, tienes que cuidarte más”… “Por eso fue que fulanito te dejó, con tantas mujeres bellas que hay en la calle”…” ¿No tienes dinero para meterte en un gimnasio?”… Y pare usted de contar los comentarios similares.

Si vas a ir a una reunión con personas que no has visto desde hace mucho tiempo, tienes que ir preparada para no sufrir con estos nuevos saludos tan simpáticos. OJO: mientras más personas sean puede ser peor.